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¿Y yo, dónde meto el coche?

20 de septiembre de 2024
Coches aparcados
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Seguramente, habrá usted notado que aparcar es cada vez más difícil. No me refiero a la posibilidad de encontrar donde dejar el coche, que eso es otro cantar y otra cotidiana dificultad, sino más bien a la dificultad de encajar el automóvil en los espacios destinados a tal fin. Las plazas de aparcamiento, tanto las de los garajes como las de la vía pública, cada vez parecen más estrechas y ya es muy frecuente ver cómo algunos vehículos ocupan el espacio vecino o que, después de mucho maniobrar, se marchan sin haber podido terminar la faena. Sucede que las plazas de aparcamiento han mantenido prácticamente las mismas dimensiones durante décadas, mientras que los coches han ido creciendo en tamaño y lo han hecho de manera considerable.

Pensemos en el tamaño del Seat Ibiza. El primer y exitoso coche de la marca española medía 3,6 metros de largo por 1,6 de ancho, pero hoy, cuarenta años después, ha crecido hasta los 4,05 metros de largo por 1,78 de ancho. El fenómeno del crecimiento no es privativo de este coche tan popular (hoy parte del grupo Volkswagen), sino que se ve en otros que han sido superventas absolutos o en su segmento, como el Golf. En comparación con el modelo original de 1974, el Volkswagen Golf de esta década ha aumentado en 563 mm de longitud, 176 mm de anchura y 46 mm de altura, lo que representa incrementos del +15%, +11% y +3%, respectivamente. Por otro lado, el Volkswagen Polo actual es ya significativamente más grande que el Golf original, con 332 mm más de longitud, 138 mm más de anchura y 36 mm más de altura.

A este crecimiento dentro de un mismo modelo hay que sumarle el cambio en la preferencia de los consumidores, que en España es incluso más acentuado que en el resto de Europa. Los utilitarios siempre se ha dicho que eran los coches europeos por excelencia, por su habilidad a la hora de moverse por el tráfico urbano, con esas calles estrechas donde las berlinas encuentran más dificultades. Pero en los últimos años han ido cediendo mercado en favor de los modelos SUV y crossover, considerablemente mayores en tamaño, puesto que pueden llegar a tener, por ejemplo, tres filas de asientos. Con lo que el problema se agrava.
A estas alturas, uno está preguntándose por qué las plazas de aparcamiento no se han ido adaptando a esta evolución del mercado. Y no es fácil encontrar la respuesta. Pensemos que las normas que las regula están prácticamente intactas desde mediados de los años 80. De la época en que los coches pequeños eran pequeños y los medianos eran medianos.

Aunque, para variar, la legislación española sobre plazas de aparcamiento está repartida en normas y regulaciones de nivel estatal, autonómico y municipal, lo cierto es que específicamente la que determina el tamaño de las plazas es competencia de los ayuntamientos. Del mismo modo que el Código Técnico de la Edificación es el marco normativo que, con fatal arrogancia, les dice a los constructores cómo hacer mejores casas, son también ordenanzas municipales las que marcan el estándar para las plazas de aparcamiento, que suele estar en un ancho mínimo de 2,20 a 2,50 metros y un largo mínimo de 4,50 a 5,00 metros. Estas medidas eran adecuadas para los coches de antaño, pero resultan insuficientes para los modelos actuales, especialmente para los SUV y vehículos más amplios.

¿Hay alguna posibilidad de que esto mejore y se adapte a los nuevos tiempos? Parece haber pocas, porque pocos son los incentivos que tienen los responsables municipales para hacerlo. Podríamos pensar que, en el caso de ampliar los mínimos de ancho y de largo de las plazas, estarían afectando la rentabilidad de las nuevas construcciones, ya que no es lo mismo poder ofrecer 100 que 150 aparcamientos. Y si bien nuestros representantes pueden ser muy sensibles a las demandas de sus representados, no son menos sensibles a otro tipo de demandas, con las que están más acostumbrados a lidiar cada día.