Un año y un aviso

28 de febrero de 2025
vuelo
Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on linkedin
LinkedIn

Hace poco más de un año, Binter Canarias empezó a operar sus rutas con Madrid desatando un terremoto en el transporte aéreo. Con un modelo exitoso que se le reconoce y aprecia en las islas, el modo canario de volarse impuso al punto que se desató una corriente de simpatía en las redes sociales donde un número considerable de viajeros querían dejar constancia del uso de estas aeronaves en sus conexiones con la capital de Reino. Una campaña de marketing más fruto de la serendipia que de la acción concertada y planificada.

Esta empresa de capital canario empezó a operar desde las dos islas mayores con cuatro frecuencias en cada dirección, un esfuerzo colosal. Y asumiendo las conexiones desde el resto de islas dentro de su tarifa de tal forma que quienes viven en las islas periféricas no abonen un extra por hacer el mismo vuelo con Madrid. La acción tenía todo el sentido, a fin de cuentas por entonces se confiaba en que Iberia y Air Europa pudiesen sellar su alianza y cerrar la fusión. Pasado el tiempo, esto no ocurrió pero la antigua empresa pública, a la que recordamos con horror quienes tenemos ya una edad, se quedó con un 20% de la compañía de los Hidalgo.

Desde el mismo anuncio del inicio de la operativa canaria con Madrid, Iberia decidió que no iba a consentir que un nuevo operador le disputara el mercado. Aumentó la frecuencia hasta límites difíciles de justificar y abarató los precios tanto que incluso, ya es desesperarse, ha llegado a regalar viajes en los que solo había que abonar las tasas aeroportuarias. No nos equivoquemos, en esta publicación siempre seremos partidarios de la libre y leal competencia, capaz por si sola de abaratar productos y aumentar la oferta. Solo que esto no es necesariamente lo que ha ocurrido. Binter no compite en precios, sus usuarios saben -sabemos- que ese modo canario de volares atención en el vuelo, comodidad en sus aviones, comida para consumir allí o llevarla para casa, un entrenamiento a bordo impecable -se puede leer esta revista- ya incluido en el precio del billete y un rango de tarifas lo suficientemente amplio como para que no sea precisamente el precio lo que obligue a elegir los aviones y el servicio de Iberia Express.

Lo que sí resulta reprensible es que ésta compañía descubra de repente Canarias y, cree una tarifa confort canario (¡qué originales!) que, ¡qué casualidad!, no existe más que para sus aviones con destino en Tenerife o Gran Canaria, no en La Palma, Lanzarote o Fuerteventura, islas con las que también opera. Es decir, que el confort solo está disponible donde hay vuelos de Binter, lo que nos permite concluir que su motivación no es tanto el genuino interés por el bienestar de los canarios como la intención de expulsar a la aerolínea canaria de la ruta.

Iberia fue durante muchos años el único modo aéreo disponible para desplazarse a la península, siendo para la hoy multinacional un negocio colosal que llegó a representar hasta el 24% de su facturación total. Nunca nos brindaron un trato acorde, abusando de su posición de monopolio nos brindaban una atención manifiestamente mejorable. Los periódicos de la época, antes de la liberalización del espacio aéreo europeo, estaban repletos de quejas por esa visión colonial que mantenían con Canarias. La propia Binter nace en su seno y sus primeros empleados -pilotos y directivos, básicamente- procedían de la matriz pública. Sirva como mejor demostración de desprecio que el director general de la compañía de aquellos tiempos se hospedaba dos días a la semana en el Hotel Santa Catalina de Las Palmas, así era el interés que tenían en desarrollar este mercado. Mejor no hablar de aquellas chatarras volantes que eran los CN-235, de infame recuerdo. Una empresa, ocioso es decirlo, que perdía dinero a espuertas, lo que ocurrió hasta que un grupo de empresarios canarios acometió su compra, en medio de las críticas de quienes creían que buscaban dar el pelotazo de sus vidas vendiéndola inmediatamente y no lo que terminó sucediendo: la creación de una empresa valiosa por los servicios que aporta.

Si Iberia, también Air Europa que actúa concertadamente, se salen con la suya y expulsan del mercado a Binter -está por ver que sean capaces de conseguirlo dado el servicio que prestan- pasará lo que ya ocurrió en el pasado reciente: malos aviones, malas caras, precios elevados y el confort de los tinerfeños y grancanarios al mismo nivel que el de los palmeros, majoreros y conejeros, es decir, el que nos han venido prestando toda la vida.