Lo de “experto” en el teletipo de la agencia Efe me dolió un poco, porque a nadie de buena voluntad le desea uno que le pongan semejante epíteto. Pero la verdad es que, dentro de la chatura general, el seguidismo de las corrientes de opinión predominantes y el miedo a ser estigmatizado con lo que sea, ver una comparecencia como la de José Ramón Arévalo el lunes 13 de mayo en la comisión parlamentaria sobre el reto demográfico resulta una experiencia tan refrescante como alentadora. “Un experto tumba lo defendido hasta ahora sobre reto demográfico: «Es mejor tener las islas llenas que emigrar»” era el titular de Efe al que me refiero, en una crónica detallada (y honesta al reflejar lo sucedido) sobre el que es, además, nuestro compañero en estas páginas. Muy humildes y modestos somos casi siempre en La Gaveta Económica, así que dejemos de lado por una vez estas virtudes burguesas y pasemos a glosar con espíritu jubiloso, hoy sí, lo sucedido ese día en el Parlamento de Canarias.
Así como siempre nos alerta acerca de lo peligrosos que pueden ser los grandes consensos, el también catedrático de ecología por la Universidad de La Laguna atacó la idea de que las islas estén superpobladas y entonces comparó la densidad de población en Canarias, que es de 283 habitantes por kilómetro cuadrado, frente a la de Reino Unido o Países Bajos, que se ubica por encima de 400. Incluso la de Hong Kong, donde llega hasta los 7.000. Pero en todos esos países las rentas per cápita son como mínimo el triple de la de Canarias. Además, dijo que el concepto tantas veces citado de “capacidad de carga”, que ha hecho fortuna por aquí, no es más que un completo disparate que opera mentalmente como si las personas fueran melones que meter en un carro y que no tiene en cuenta que no se trata de seres inanimados o irracionales, sino todo lo contrario. 6-0, primer set.
Es que los habitantes de una región, sea en Canarias o en cualquier otro lugar del mundo, no pueden ser vistos como un problema, sino más bien como la solución a los problemas que se presenten. Es el factor humano el determinante para encontrar la manera de superar los retos, por su capacidad de adaptarse, de intentar caminos alternativos a los ya conocidos, de generar negocios allí donde no los había y de sortear obstáculos para mejorar las condiciones de vida. Arévalo apeló a los más memoriosos para preguntarles si esta Canarias de hoy no es más próspera que la de sus padres y abuelos, ahora que cuenta con el triple o el quíntuple de población que en aquellos tiempos. Otro 6-0 y a por el tercer set.
No escurrió el bulto, y pese a la opinión dominante desde que se empezó a fraguar ese nuevo tótem del marco mental canario, el 20-A, preguntó a sus señorías por qué ahora parecen señalar al turismo como el origen de todos los males, cuando en realidad ha sido “un modelo de éxito” que ha permitido que se pasara de una tierra de emigrantes a una de inmigrantes en relativamente poco tiempo. Y llamó a reflexionar acerca de por qué se han pasado años cuestionando las autorizaciones de nuevos hoteles, a los que se somete a estrictísimos estudios de impacto ambiental, cuando al mismo tiempo se vuelve la administración considerablemente más laxa cuando se trata de instalaciones eólicas o fotovoltaicas, que consumen una superficie mucho más extensa. 6-0 final y saludo al rival en la red.
Aunque celebremos desde esta página que por una vez se haya oído una voz sensata en esa casa tan poco sensata que suele ser el Parlamento de Canarias, no dejamos de ser conscientes de que la realidad es una y que reina un estado de opinión que influye de manera muy negativa en las políticas públicas. Pero al menos esta vez cabe gritar ¡Bravo por Arévalo! y esperar que su participación en esa comisión haya servido para derrocar no a unos gobernantes sino a los prejuicios y preconceptos que anidan en la cabeza de la mayoría de nuestros legisladores, que es tarea mucho más difícil.
