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Carlos Rodríguez Braun: las ideas mueven el mundo pero no les prestamos atención

30 de junio de 2024
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Hablamos con el profesor Carlos Rodriguez Braun, que en esta primavera ha publicado dos libros por lo que puede decirse que no solo han florecido las plantas sino también las ideas. Porque precisamente son obras que van de eso: de ideas. El primero se titula “La cultura de la libertad” (Editorial Lid, 20024) en el que recoge ensayos sobre un concepto de libertad amplio que va más allá de la economía en el que reflexiona sobre temas como la desigualdad, el periodismo o el dinero apoyándose en series de televisión e incluso en los diez Mandamientos. En el segundo, analiza “El pensamiento de Milei” (Editorial Lid, 2024) evitando que el personaje nos impida ver lo esencial: sus ideas.

¿Por qué son tan importantes las ideas?

Una frase de Keynes al final de su Teoría General de 1936 dice que nosotros pensamos que lo que importa en el mundo son los intereses pero en realidad lo que importan son las ideas y los políticos que hablan creyendo que son independientes al final son esclavos de algún economista difunto. Claro que las ideas mueven el mundo porque las ideas se traducen en defensa de valores y en instituciones. Las ideas cuentan y a veces no les prestamos suficiente atención.

Pero no todas las ideas son iguales: hay ideas buenas y hay ideas malas…

Tú qué quieres, ¿jugar al póker y ganar? No claro no, tú juegas al póker a veces ganas y a veces pierdes. El poder de las ideas efectivamente es muy importante tanto si las ideas son buenas como si las ideas son malas. Naturalmente, de ahí la batalla en el mundo de las ideas, ¿tú qué te pensabas que esto era coser y cantar?

En el libro reivindica las ideas de la libertad como moralmente superiores pero son las ideas socialistas las que gozan de esa superioridad “cultural”. ¿Por qué tomaron la delantera? 

En realidad los seres humanos han apreciado la libertad siempre. Lo que ha sucedido desde la Revolución Francesa es que ha primado una suerte de racionalismo que ha subordinado la libertad individual a consideraciones plausibles de carácter colectivo. Incluso los más enemigos de la libertad pretenden defenderla, el primer lema de la Revolución Francesa era “libertad”. Lo que ocurre es que lo combinaban, como decía Hayek, con una fatal arrogancia, que es la idea de creer que hay unos iluminados en el poder que son capaces de organizar mejor la sociedad de lo que podemos hacerlo las mujeres y los hombres en libertad. Esta idea racionalista ha primado durante los últimos dos siglos y ha subordinado al liberalismo que es más modesto en el sentido de que no cree que se pueda organizar la vida desde la ley o desde el poder, y que prefiere la cautela ante las incursiones del poder político. Existe una lucha entre la libertad y la coacción pero yo no sería pesimista porque a largo plazo y en una perspectiva amplia, tenemos más motivos de satisfacción los liberales que los antiliberales. Entre otras cosas porque el socialismo que parte de la base de que es moralmente superior lo que ha ido probando en la práctica es que no lo es y que normalmente se traduce en medidas que recortan derechos y libertades de las personas y esto es muy difícil que puedas presumir de superioridad moral cuando estás haciendo eso, ¿no te parece?

Sí, aunque el fracaso de la URSS, Corea del Norte, Venezuela, Cuba…

Pero es importante diferenciar el comunismo del socialismo porque una de las grandes noticias del siglo XX, junto con la caída del nazismo, es la caída del comunismo. La caída del muro de Berlín sume a todo el mundo antiliberal en un enorme desconcierto porque en 1989 se probó que lo que habían dicho los liberales toda la vida ya desde los años 20 con Mises, Hayek y compañía ¡era la verdad! La verdad era que el socialismo no iba a funcionar y que el socialismo sólo podía traducirse en una criminal dictadura como fueron todos los países comunistas. Pero ya cayó el muro de Berlín y los enemigos de la libertad podrán ser malos pero no son estúpidos y reajustaron toda su estrategia en todos los sentidos, mucho más amplio que en economía. ¿Qué hicieron en la economía? Abalanzarse a abrazar el Estado del Bienestar al mismo tiempo que continúan con la vieja prédica de que la libertad es mala, el capitalismo es malo. Ahora lo llaman globalización o neoliberalismo pero es el mismo mensaje de que la libertad es mala y hay que intervenir. Pero ya no pueden defender el comunismo porque hay 100 millones de trabajadores asesinados por los comunistas. Cambiaron y ahora son todos socialdemócratas. Un comunista en una entrevista no te defenderá el Gulag pero sí la Sanidad Pública. Va a intentar como siempre recortar tu derecho y tu libertad pero no va a decir que se acabó la propiedad. No, al contrario, van a decir que defienden el capitalismo. Pero quieren un capitalismo con rostro humano, que hay que combinar lo mejor del socialismo con lo mejor del capitalismo. Este es el mensaje que prevalece ahora. Hace 50 años decían que el comunismo estaba bien pero ahora no pueden decir eso.

Con esta estrategia les ha ido casi mejor que por las malas porque desde entonces la intervención del Estado en la economía ya supera el 40% del PIB. En el libro dices que ni los monarcas absolutos soñaron con llegar a tener ese poder…

Esto es muy cierto por eso si podemos situarlo en dos grandes figuras del pensamiento del siglo XIX que son Marx y John Stuart Mill. Al final el que se ha impuesto es John Stuart Mill, que quería mezclar una cosa con la otra: un poco de socialismo, un poco de liberalismo… Ese mensaje es el que ha prevalecido y Marx, que era contemporáneo de Mill lo despreciaba profundamente. Marx decía que Mill quería reconciliar lo irreconciliable. Pues ha ganado Mill y ahora los socialistas de todos los partidos, que diría Hayek, siempre dicen que la libertad está muy bien, el capitalismo está muy bien, las empresas están muy bien pero van a intervenir por la justicia, por el feminismo, por la ecología, por lo que sea. Esos son los enemigos actuales.

Todo buenas intenciones. ¿Hemos idealizado la política gracias a series como El Ala Oeste de la Casa Blanca sobre la que reflexiona en libro?

Efectivamente es una descarada propaganda política, es una descarada idealización de la política que trata de un grupito muy pequeño. ¡Nunca te muestran a miles y miles de burócratas! Siempre son cuatro o cinco. ¡Gente listísima! El personaje del presidente Bartlet que interpreta Martin Sheen es Premio Nobel de Economía (se ríe a carcajadas) ¡Todo es un camelo fabuloso! Cuentan también sus problemas personales, entonces tú te identificas con ellos porque sufren… ¡Todo es mentira! Aunque la serie está pensada para que admiremos a nuestros gobernantes les ha salido regulín: lo que notamos es una creciente desconfianza de los ciudadanos ante la política. Y esto, para los políticos y todo el mundo de la izquierda, les parece gravísimo. Dicen que la democracia está en peligro. No, la democracia no está en peligro, ellos están en peligro. Los políticos que están pregonando el recorte de derechos y libertades de las mujeres y los hombres están en peligro. Si la gente volviera a ver El Ala Oeste de la Casa Blanca seguramente habría un porcentaje mucho mayor de personas que dirían ¡anda ya!

En el último capítulo del libro comenta que los Diez Mandamientos le parecen muy liberales pero el Papa Francisco, no parece tan liberal. ¿Cómo encajamos esto?

Cuando lo nombraron Papa, un dibujante que se llamaba Borja Montoro y al que yo llamaba “Montoro el bueno” para diferenciarlo del siniestro ministro Cristóbal Montoro, hizo una viñeta maravillosa donde se veía al Papa de espaldas saludando a la multitud y mientras todo el mundo le aclamaba el Papa pensaba “qué chasco se van a llevar muchos de de estos cuando descubran que soy católico”. Esto es algo que le suele pasar a los papas, los papas suelen ser católicos. La historia de la iglesia ha sido una historia de vaivenes, claro que ha habido papas que fueron muy antiliberales y otros más liberales… pero todos fueron católicos. No me parece nada casual que el papa que nos gusta a los liberales que es San Juan Pablo II haya surgido durante la crisis del comunismo. Después las ondas van cambiando y tras la crisis que hubo hace 20 años en la que se le echó la culpa a la libertad por lo que ahora tocaba un Papa que fuera distinto, con unos matices antiliberales que no tenía Juan Pablo II. Pero en el fondo son católicos y eso lo ligo con mi ensayo “El liberalismo y los 10 mandamientos” que ha llamado la atención porque no parece que la religión tuviera mucho que ver con el liberalismo. El pensamiento religioso tiene un fortísimo componente liberal y eso lo vemos en nuestro propio país con los Escolásticos que eran gente muy liberal para la España del siglo XVI. Así que me propuse llevarlo más atrás, y más atrás de los Diez Mandamientos es difícil ir. Lo que me llamó la atención es que son mandamientos liberales. Solo hay tres que son religiosos, que son los tres primeros y después vienen mandamientos sociales. Pero incluso los que son puramente religiosos tienen algún ingrediente liberal: el primero dice amarás a Dios sobre todas las cosas, también sobre el estado. Y los otros son mandamientos que tienen que ver con el respeto al otro. Y el liberalismo es eso, el liberalismo es respetar al otro. Preservar a la familia, no dice honrarás al ministro de economía sino a tu padre y a tu madre. Todo lo demás es respetar al otro: Es que no se puede violar su cuerpo, es que no se puede quitar la propiedad. Hay dos mandamientos que son específicos sobre la propiedad: no robarás y no codiciarás los bienes ajenos. Es una cosa impresionante por lo que yo creo que son bastante liberales.

Del Papa argentino al presidente de Argentina. Se habla mucho en los medios de Milei pero, ¿alguien se ha molestado en entenderle? ¿Por qué es importante entender a Milei?

A mí me pareció que tenía interés estudiar sus ideas y de hecho mi libro se titula “El pensamiento de Milei” para que quede claro que no estoy hablando de su familia, de su perro o de su pelo. De hecho prácticamente no hablo nada sobre su gobierno, que tiene apenas unos meses de vida. A mí lo que me interesan son las ideas de Milei, qué piensa y qué no. Tampoco me meto en ese frenesí taxonómico que a veces preocupa a los liberales. Veamos cómo es su liberalismo. En el libro rastreo su evolución. Es un hombre que originalmente era de centro-izquierda, keynesiano que pasa a ser un monetarista liberal. En esa época es un hombre de Friedman, de Robert Lucas y de la escuela de Chicago. En un momento dado da el salto a la Escuela Austriaca, es muy entusiasta como sabemos y en varios de sus libros cuenta que fue una especie de conversión. Esto es lo que provoca que tenga dos referentes intelectuales, uno en Argentina y otro en España, que son Alberto Benegas Lynch y Jesús Huerta de Soto. ¿Qué le pasa a Milei? Que de pronto deja de ser un profesor, deja de ser un periodista y da el salto a la política. De pronto tiene que empezar a opinar sobre una cantidad de cosas que antes no tocaba. Analizo también cuáles son sus valores en la política, qué es lo que está proponiendo. Y lo que se ve es que la cantidad de cosas que se han dicho de él que si libertario, minarquista, libertario, populista-liberal… Mi tesis es que tiene elementos de todas esas etiquetas. Y también explico que no surge de la nada, Milei no es un marciano, Argentina tiene un pasado liberal. Dedico un capítulo del libro a hablar de ese pasado liberal muy brillante entre final del s. XIX y principios del XX, que es cuando se llena el país de inmigrantes, la época de oro. Y cuando entra en un cono de sombra, que por cierto no fue culpa exclusiva del Peronismo, fue más bien culpa de la derecha conservadora, hubo liberales que mantuvieron la llama. Lo mismo que pasó en España con el Instituto Juan de Mariana o con La Gaveta Económica, que es de ahora y no de hace 80 años. Pues en Argentina pasa lo mismo y Milei surge de esos antecedentes.

¿Cuáles serían los ejes de ese pensamiento?

Cuando se lo plantean a Milei él responde que es un anarco. Esencialmente hay tres familias liberales. El liberalismo clásico, que es el que cree en el Estado pero cree que hay que limitarlo, el producto del liberalismo clásico típico son las constituciones. Después están los minarquistas que creen en un Estado mínimo que se ocupe de los llamados bienes públicos puros, digamos la defensa, la justicia, etc. Y en tercer lugar están los anarco-capitalistas que discuten la esencia misma del Estado y dicen que las mujeres y hombres libres nos podríamos organizar perfectamente sin él. Milei dice que filosóficamente está con los que no creen en el Estado. Sus libros tienen planteamientos muy radicales como que el Estado es el enemigo o que los impuestos son un robo. Y el propio Milei dice que filosóficamente es anarco pero en la práctica le toca ser minarquista o liberal clásico o hacer lo que puede que, por otra parte, es lo que hacen los políticos.

¿Argentina ha pasado de ser una sociedad peronista a una con ideas anarcoliberales? ¿Por qué votaron a Milei?

Yo creo que es una combinación de cosas. Sin duda el hartazgo es un elemento. No es casualidad que gane Milei después de más 20 años de Kirchnerismo, que es como si gobernara Podemos, o sea es una especie de horror antiliberal. No hay derecho que no estén dispuestos a violar, no hay impuestos que no estén dispuestos a subir. ¡Un horror, es un horror! Y el resultado es lo que cabía esperar de gobiernos tan intervencionistas. Y después estuvo Macri que también fue una desilusión, fue una especie de Rajoy que después te sube los impuestos, te manda a Montoro. En fin, un desastre. Entonces la gente pues claro que estaba cansada. Si es solamente por eso, yo creo que va a durar muy poco. Sospecho, en cambio, que es una combinación de elementos y que al cansancio se puede juntar la idea de que hay que darle una oportunidad. El mensaje de Milei es que hay que mirar al pasado, está todo el rato diciendo que hasta 1930 Argentina era la recontrapera limonera y millones de inmigrantes querían venir a vivir a Buenos Aires. ¿Qué pasó, como diría Zavalita cuando se había jodido el Perú? Milei dice que se jodió cuando dejamos de ser liberales. Es posible que la gente capte ese mensaje. Si esto es así estamos ante un cambio de rumbo en la política Argentina, y más allá, que es muy importante. Y un apunte, la reacción que ha tenido la izquierda, y algunos de la derecha también, ante el triunfo de Milei es muy reveladora porque indica que temen que la gente puede haber cambiado de ideas. Si esto es así, los antiliberales están muy jorobados y por eso están lanzando estas campañas. Pedro Sánchez ya insultó a Milei desde la tribuna del Congreso incluso antes de que llegara a la Casa Rosada. Y así siguieron hasta que Óscar Puente lo llamó drogadicto directamente. Y entonces pasa algo que les deja desconcertados, y es que Milei les responde igual que ellos. Óscar puente quedó desconcertado, al final cuando le dijeron que pidiera perdón no lo hizo pero dijo la verdad, que de haber sabido las consecuencias no lo habría dicho. Milei puede ser un hombre muy peligroso para la izquierda porque puede tener éxito. Sería algo devastador porque primero: ya no pueden hacerse los matones, porque él es tan matón como ellos; segundo, te responde tus argumentos; tres, te gana las elecciones. Ojo, eso es lo que explica el pánico que tiene la izquierda, y parte de la derecha también. Todos los días hay una noticia mala sobre Milei en El País. De pronto han descubierto que hay pobres y hambre. ¡Pero si había antes! Ahora cuando están preocupados, y yo creo que es por eso.

¿Este cambio de ideas puede aventurar un cambio cultural?

La clave aquí es la paciencia. Cuando tienes una economía muy intervenida y la desintervienes vas a combinar elementos buenos y malos. La gente tiene que aguantar, si no aguanta dentro de tres años votarán a los peronistas y volveremos a las andadas. Para que aguante tiene que haber alguna señal. Tiene que bajar la inflación, tiene que haber algo de mejoría en la actividad económica. Yo sospecho, a lo mejor es pura esperanza mía, que sí va a haber. Porque la Argentina es un país que está tan intervenido que es muy sencillo desintervenirlo en unas partes y que funciona bien. Milei ha puesto un ejemplo que es típico: Argentina tenía un mercado de la vivienda tan intervenido como el de España pero Milei acabó con todo, decretó que los alquileres deben ser libres y ¿qué pasó? Que se llenó el país de oferta y todos los que tenían pisos los pusieron en alquiler. Si este ejemplo se generaliza entonces los argentinos pueden tener señales de que el modelo funciona y entonces ahí va a ser más perdurable. Si no, pues no va a durar.